La traición del Santismo a quienes lo eligieron es evidente. La última estocada fue nombrar a Rafael Pardo como ministro de Trabajo. Si bien es cierto El Presidente Santos es libre de nombrar a quien quiera, también es cierto que nombrar a personas que fueron enemigos del gobierno anterior y que lo criticaron fuertemente en el pasado es un acto que solo refleja la traición al Uribismo. Nombrar a Pardo quien fue abiertamente derrotado en las pasadas elecciones y asumir todas las políticas del liberalismo, solo me deja con la siguiente reflexión; ¿Sera que el Presidente Santos es incapaz de gobernar con su propio programa? ¿Sera que no es capaz de gobernar con quienes realmente lo eligieron? Lo único cierto es que la respuesta a esa pregunta es muy sencilla. No. El Presidente no es capaz de gobernar sin el liberalismo y por ende son las políticas del liberalismo las que gobiernan y no las políticas de la U. Sencillamente Santos uso la plataforma Uribista y posteriormente bajo el pretexto de la Supuesta unidad nacional monto al liberalismo en el poder. El liberalismo, cuyas decisiones en el pasado han sumido al país en el caos social y político en que se encuentra, en la actualidad gobiernan y toman crédito de la gestión de un gobierno el cual critico fuertemente.
La cacería de brujas del liberalismo y Santos en contra del Uribismo ha sido contundente, a tal punto que han logrado venderle la idea al país, bajo la complicidad de algunos medios de comunicación, que todo lo que sucedió en los últimos 8 años fue malo. Ningún medio reconoce el crecimiento del país, el fortalecimiento de las fuerzas armadas, el mejoramiento de la imagen del país, la reducción del tamaño del estado, y la búsqueda de un Estado más eficiente bajo el Gobierno Uribe. Ahora resulta que todo fue malo, ¿qué ironía no? Cuando estaba en campaña prometió mantener el rumbo del Uribismo, y ahora en el poder cambio el rumbo hacia el liberalismo. El liberalismo ha sido protagonista de los mayores escándalos de corrupción en la historia reciente del país, y ahora critican sin piedad haciendo cacerías de brujas con el fin de manipular la opinión pública para desprestigiar aun más al Uribismo. Santos es autonomo es sus decisiones, pero debio advertir que haria un Gobierno Liberal en su campana para que asi nadie lo tildara de traidor.
El escándalo de Olano en el cartel de la contratación no fue tan cuestionado por la prensa, pero otros escándalos que han involucrado a personajes del Uribismo han sido perseguidos por la prensa como si no existiera un mañana. Quienes lean este artículo pensaran que no estoy de acuerdo con que personas del Uribismo hayan sido investigadas por la justicia por actos de corrupción. La respuesta es que si estoy de acuerdo con que se persiga a todo político corrupto cualquiera que sea su tendencia, pero lo que no comparto es que solo se acuse a un sector. Todos en la cama o ninguno.
El liberalismo ha emprendido una campaña de desprestigio en contra del Uribismo sin precedentes. Santos afirma que no contestara a los ataques del Uribismo y del Presidente Uribe, pero no necesita hacerlo. Sus actos son la forma más sutil y cobarde de hacerlo. La creación de nuevos ministerios, nombramientos de enemigos del anterior gobierno , la implementación de políticas del liberalismo, la ley de víctimas que será un descalabro económico y humano para Colombia, y el desmedido crecimiento del tamaño del Estado bajo pretextos que carecen de peso, son algunas de las razones que muchos señalan como la prueba de la traición de Santos. Muchos afirman que Uribe fue lo peor, pero yo me pregunto; ¿Acaso nadie recuerda como era Colombia en el 2002? Hasta donde recuerdo Colombia era un Estado fallido y ahora resulta que Uribe fue lo peor. A veces pienso que Colombia olvida muy fácil. Este artículo no es una defensa al Presidente Uribe, sino una defensa a la verdad. Muchos colombianos comparten mi opinión y estoy seguro que en el 2014 irán a las urnas a impedir un segundo periodo de Santos y cualquiera que esté comprometido con el Liberalismo continuista Gavirista.
Aclaro que soy liberal, pero considero que el liberalismo ya no representa nada ni a nadie, y se convirtió en la maquinaria política del ex Presidente Gaviria. No es un partido que represente ideales de renovación y cambio, todo lo contrario, representa ideales que solo estimulan la transmisión de poder y no la renovación del mismo. Finalmente el liberalismo Gobierna bajo un Gobierno elegido por el partido de la U. ¿Qué ironía no?
Cristhian Mancera Mejía
Director
LaTribunacolus
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