LIBIA INMERSO EN LA SANGRE, EL PODER Y EL ODIO

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A raíz de un bombardeo aéreo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) mataron al hijo más joven del líder libio Muammar Al Gadafi, y no obstante también mataron a tres de sus nietos, según fuentes la casa de Saif Al Arabm quien tenía 29 años fue atacada con potentes medios.

Evidentemente este hecho iba dirigido a asesinar al dirigente de este país, un portavoz había acompañado previamente a los periodistas a ver los restos de una vivienda bombardeada en Trípoli, donde el grado de destrucción era tal que difícilmente se podía imaginar que hubiera habido sobrevivientes.

“Sin duda que la orden que han dado es matar a Gadafi sin importar a quien maten, es un asesinato”, denunció Chávez durante un acto transmitido de manera encadenada en todas las radios y televisoras.

“No sé cómo esto se puede tolerar, no sé con qué excusa. ¿Quién puede apoyar esto, no sé cómo Europa apoya esto”, agregó el mandatario.

Antes de estos acontecimientos, Gadafi había repetido que no renunciará al poder y había invitado a Estados Unidos y Francia a negociar una salida a la crisis, propuesta rechazada por la rebelión y por la OTAN.

La Alianza Atlántica, que efectúa bombardeos aéreos en el país, “debe abandonar toda esperanza de una partida de Muammar Gadafi”, declaró, antes de la muerte de su hijo, el propio Gadafi en un discurso transmitido por la televisión estatal.

“No nos rendiremos, pero yo los invito a negociar. Si ustedes quieren el petróleo, vengan para que firmemos acuerdos con sus empresas, pero no merece la pena hacer una guerra”, añadió Gadafi en su primera aparición.

“Podemos solucionar nuestros problemas entre libios sin pelearnos; retiren sus flotas y aviones”, dijo dirigiéndose a la OTAN. La OTAN rechazó la propuesta de negociación. “No necesitamos palabras, sino acciones”, declaró un responsable de la organización.

El CNT también rechazó la opción de negociar con Gadafi. “El tiempo de los compromisos ha acabado”, aseguró su portavoz, Abdel Hafiz Ghoga. Mientras tanto, cada día se producen intensos combates en el aeropuerto de Misrata, a 200 km al este de la capital libia, donde los libios siguen escuchando frecuentes y violentas explosiones y ráfagas de ametralladora de grueso calibre. ¿Qué espera el mundo de esta guerra que se está desatando en libia?, ¿cuántas muertes y sangre inocente seguirá derramándose en las calles de ese país?

Rusia quiere intervenir y está dispuesta a debatir una operación terrestre en Libia pero únicamente dentro del marco del Consejo de Seguridad de la ONU, en verdad se hace necesaria una intervención por parte de organismos de Derechos Humanos que ayuden a garantizar la supervivencia de muchos moradores de estas ciudades o ¿hasta dónde pretenden llegar? ¿Cuál es el fin de tanta guerra?

Vivian Ladino

Columnista

La Tribunacolus