27 sept 2011

Batalla campal en Cali, la inseguridad se apodera de la sultana.

!Por la Revolución de las Ideas!

A principio de semana fuimos testigos de cómo dos bandas en la ciudad de Cali se enfrentaron con todo lo que tenían a su alcance. En el sector de agua blanca, dos bandas se enfrentaron sin que la fuerza pública pudiera mediar. La fuerza pública, quien solo llego después que las bandas habían prácticamente acabado con las manzanas del bario en donde se protagonizo el conflicto, solo pudo dispersar a unos pocos delincuentes. Después que la fuerza pública llego al lugar, las manifestaciones de conflicto continuaron. Algunos miembros de la fuerza pública fueron heridos, como también población civil quienes no pertenecían a estos grupos  de sujetos indeseables. Este tipo de incidentes de violencia en Cali no son nuevos, ni mucho menos algo de lo cual la fuerza pública no tiene conocimiento. Lo que resulta aberrante es que estas bandas se hayan apoderado del sector de Agua Blanca sin que la fuerza pública haga nada para evitarlo. Al menos medidas de fondo no se han tomado. Esto debido a la nefasta influencia de algunos sectores de la izquierda y ONGS  quienes creen que el problema de Agua Blanca en Cali se resuelve solo con verso y talleres.

El problema de Agua Blanca es un conflicto que data desde cuando yo era muy niño, aun vivía en la sultana del valle, y ya escuchaba como ese sector de la ciudad era foco de crimen y zozobra para quienes vivían ahí. Desde entonces han pasado 27 años sin que nada se haga para resolver los inmensos problemas sociales de Cali, como tampoco para resolver los serios problemas de seguridad que hay en la ciudad. Siempre los ciudadanos de Cali están sujetos y a merced de estos delincuentes  peligrosos. Estas bandas deben ser enfrentadas con mano dura y exterminadas para enviar un mensaje muy claro de cero tolerancia con su accionar delictivo y a quienes quieran participan de ellas.

Lo visto en Agua Blanca me dejo estupefacto. Durante minutos, y un buen tiempo, las dos bandas se dispararon, atacaron con papas explosivas, piedras y todo lo que encontraron sin que hubiese nadie que pudiese rescatar a población del sector. Lo más preocupante fue ver como estos sujetos disparaban sin tener objetivos definidos. Esto hubiese podido terminar en un muerto por bala perdida. En varias oportunidades he manifestado que los problemas sociales de Colombia no se solucionan con verso, discursos de media petaca, populistas, o peor, demagógicos. Los problemas de Colombia se solucionan con programas efectivos en lo social, una coherente distribución del ingreso y sobre todo la aplicación de la ley. La constitución fue proclamada como la carta magna de Colombia y esa constitución obliga al estado Colombiano a proteger y velar por la seguridad de sus ciudadanos. Hasta ahora, lo que vemos en Cali es que no se vela ni se protege a nadie. En Cali, es salvase quien pueda y la fuerza pública en muchos casos no reacciona a tiempo, no por incompetencia o por omisión, sino porque muchas veces la fuerza de estas bandas es tan poderosa que sobrevienen al estado en su aplicación de la ley.

Es claro que se deben judicializar a quienes aparecieron en el video disparando, pero aplicarles todo el peso de la ley. Pero lo más triste es que así tratemos  de aplicar la ley sin piedad, mientras no exista legislación que trate a los menores como adultos y se construyan centros de reclusión para estos, no habrá sentido en buscar que se aplique la ley cuando la  existente solo da risa. Entonces, es claro que se necesita más legislación, pero legislación seria y coherente con los tiempos. A los grupos que hablan de los derechos de los menores y sujetos indeseables que por su edad son tratados como niños inocentes, habría que preguntarles lo siguiente; ¿Acaso seguirían pidiendo que no se les aplique la ley como a los mayores de edad? ¿Acaso que mas necesitamos como sociedad para entender que ya llego la hora de poner mano dura en la seguridad en las ciudades? A estas preguntas solo puedo responder que mientras se siga pensando cómo se piensa hoy por hoy, el problema nunca acabara y nada cambiara. Es necesario un cambio en la legislación para que la fuerza pública pueda hacer su trabajo y someter sin piedad a estos delincuentes que sin piedad se tomaron Agua Blanca. Cali merece mejor suerte. Señor Presidente, con todo el respeto que usted se merece; Menos verso, mas trabajo para los colombianos, menos viajes, menos jet set y más compromiso con los grandes retos del país. Cali y grandes ciudades están a merced de la delincuencia y usted, al parecer, no se da por enterado.

Cristhian Mancera Mejía
Director
La Tribunacolus

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