En muchas oportunidades habíamos manifestado
en la Tribunacolus que Rodrigo Rivera le había quedado grande el ministerio de
defensa. A pesar de sus esfuerzos por lograr un mejoramiento en la seguridad,
su fracaso fue total y los resultados fueron pésimos en temas de seguridad. Se permitió
la reorganización de la guerrilla, las bandas se han apoderado de las ciudades,
y fenómenos que antes estaban controlados, ahora vuelven a coger fuerza.
Rodrigo Rivera seguramente tuvo todas las intenciones de mantener el rumbo en
seguridad, pero no tuvo el talante ni el carácter para darle al ministerio la dirección
que debía tener. Muchos catalogan a Rivera un Uribista, sin embargo si Uribista
hubiese sido, habría mantenido el rumbo de la mano duro en contra de los
delincuentes y los terroristas. Lo de
Uribista no se le vio por ningún lado a Rivera, que de haberse mantenido más
tiempo en el ministerio, habría sumido al país en un caos total de seguridad
En vez de lograr un
fortalecimiento de las fuerzas armadas y lucha contra el terror más bien se
logro que los terroristas ganaran terreno en todas las áreas que durante los últimos
años se había logrado casi erradicar.
Debo manifestar en defensa de Rivera que antes de su paso por el ministerio lo
consideraba un presidencial, pero ahora es lo último que pienso acerca del ex
ministro. Su manejo de mano débil y discurso sin fondo en contra del terror
realmente lo dejaron muy mal parado ante los electores con miras a cualquier elección
en el futuro y casi que lo sepultaron políticamente. Al parecer, el Presidente
Santos le hizo un Favor al Dr. Rivera, ya que al moverlo del ministerio le da
un nuevo aire, ya que mantenerlo más tiempo en el cargo era insostenible,
inconveniente para el Gobierno, y peor aún, era destruir políticamente a
Rivera.
El ministerio de Rivera fue nefasto.
Quisiéramos adornarlo, pero la verdad es que este es el calificativo adecuado
para el pésimo manejo en seguridad dado por el ex ministro. Pero nuevamente en
honor a la verdad creo que Rivera fue puesto en esa cartera con el fin de destruirlo politicamente, y a última hora alguien se apiado de él retirándolo. Era claro que
con el nuevo Gobierno la seguridad tendría un nuevo manejo, y no precisamente
lo que el país quería, sino un manejo débil, sin carácter, y pusilánime.
Entonces, Rivera no podía ir más allá de lo que su presidente quería que se hiciera
en seguridad. Le tomo un año a Santos darse cuenta que la situación en
seguridad es crítica y que se deben tomar medidas de fondo para solucionar el
problema.
Las ciudades están en manos del
ampa y aun el país está debatiendo si se
toman medidas para sancionar más severamente a estos delincuentes, si se
aplican leyes para tratar a los menores como adultos, entre otras medidas que
alivien el tema de seguridad en Colombia. Hace falta más educación y construcción
de valores en el país para darle más significado a la vida humana que
lamentablemente en Colombia no vale nada. Entonces como consecuencia del giro
en las políticas de seguridad en el Gobierno Santos, Rivera quedo a la deriva y
le toco manejar un barco que no tenía rumbo porque el alto Gobierno ya había dispuesto
ese rumbo desconocido. No creemos que alguien tan brillante como Rivera tuviera
en su mente hacer una gestión llena de tantos desaciertos.
Santos estableció un rumbo
distinto en la seguridad desde que hizo los acuerdos con Venezuela y desde ese
mismo momento sepulto la política de seguridad democrática. Cualquier acuerdo
con Chávez implica bajar la guardia con
las Farc y de hecho eso ha sucedido. Entonces, Rivera debía salir del
ministerio porque su manejo débil, falto de criterio y carácter estaba llevando
al país al caos total en seguridad, o mejor, lo sumieron en un caos del cual será
difícil salir. Lo más irónico fue que en muchas oportunidades tanto Rivera como
el Presidente cayeron en el absurdo de culpar a la extrema derecha de los
problemas de seguridad del país. Esto me resulto absurdo e irrisorio.
Los problemas de seguridad se ocasionaron
porque no había liderazgo en las fuerzas armadas, no había quien aplicara una
estrategia que permitiera mantener el rumbo en seguridad, pero no precisamente
porque no existieran esos líderes, sino porque ya se había dispuesto que esa política
de seguridad democrática ya no iba más. Entonces como consecuencia de estos
hechos la salida de Rivera se venía venir. Sea por omisión o por acción, el país
está sumido en una crisis de seguridad sin precedentes y es ahora que se debe
corregir, pero se debe corregir con mano dura y aplicación absoluta de la ley.
Nunca sabremos los alcances reales de los acuerdos con Venezuela y si dichos
acuerdos afectaron la seguridad interna del país, pero lo único cierto es que
Rivera hizo una mala gestión y por esto casi acaba con su carrera política. Por
consiguiente el presidente le ha lanzado un salvavidas a Rivera sacándolo del
ministerio, pero tal vez le dio remordimiento haberlo puesto ahí ya que Santos tenía
claro que su giro en seguridad seria total, así como su giro en tendencia política.
Gano con un partido y termino gobernando con un partido que perdió en las
urnas, ¿qué ironía, no?
Finalmente, Rivera y su salida se
venían venir, y ojala también veamos mas golpes en contra de la delincuencia
logrando su exterminio de las ciudades. Así podremos disfrutar de nuestras
vidas sin tener miedo a que en la próxima esquina habrá un delincuente de
12 anos, con una Mini Uzi, listo para quitarnos lo que tanto esfuerzo nos ha
costado conseguir.
Cristhian Mancera Mejía
Director
LaTribunacolus
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