
No puede ser que candidatos como la hija de un presidente corrupto y un ex militar acusado de crímenes de guerra, la primera de extrema derecha y el segundo de extrema izquierda hayan pasado a segunda vuelta en el vecino país, como dijo el escritor y nobel de literatura Vargas Llosa votar por alguno de los dos “es decidir entre el cáncer y el sida”.
Después de la salida de su padre del país, lidera el movimiento fujimorista y en 2006 es electa como congresista con la votación más alta en la historia, su vida no ha estado exenta de los escándalos de su padre, pues al parecer el dinero con que fue pagados sus estudios fueron sacados de las arcas estatales.
Se dice que de quedar electa como presidenta, le daría un indulto a Alberto Fujimori quien actualmente se encuentra encarcelado, y volver al poder la vieja maquinaria política que en una época le hizo tanto daño al Perú.
Es allí cuando es acusado de presuntos abusos contra la población civil, pero tras investigaciones no se le comprueba ninguna culpabilidad, a finales del 2000 junto a 69 reservistas y 9 soldados asalta la instalación minera de Toquepala, Tacna, para exigir la renuncia del entonces presidente Alberto Fujimori.
En 2005 se convierte en líder del Partido Nacionalista y se lanza como candidato a la presidencia de su país al año siguiente, pero al no poder inscribir su partido, se une al partido Unión por el Perú, con el que pasa a segunda vuelta junto al ex presidente Alan García, con quién finalmente pierde.
Su ideología está basada en el nacionalismo y se le cuestiona sus presuntos acercamientos con el presidente venezolano Hugo Chávez, incluso el presidente boliviano Evo Morales lo felicitó por su paso a segunda vuelta en las recientes elecciones presidenciales, situación que no le conviene en las intenciones de voto de los peruanos.
Así que de llegar electo Humala, podría afectar el buen crecimiento económico que ha adquirido el vecino país durante los últimos años, sin embargo su discurso se ha moderado de tal manera que ha dicho que su gestión presidencial sería similar a la del gobierno de Brasil.
En definitiva Keiko y Ollanta van a decidir la presidencia el 5 de junio, para lo que empiezan a preparar y a buscar alianzas con sus dos inmediatos seguidores quienes obtuvieron una importante votación, el ex ministro de Economía Pedro Kuczynski y el ex Presidente Alejandro Toledo.
De momento han generado polémica las declaraciones del actual presidente Alan García que muestran su clara simpatía con Fujimori, situación que puede ser un arma de doble filo para la candidata pues García no cuenta con una buena imagen pues a pesar del buen crecimiento económico del país se le cuestiona que los sectores populares no hayan sido parte del mismo.
Dentro de las propuestas de gobierno Keiko promete acceso a la salud y seguro universal para toda la población, incrementar sueldo a maestros, Asegurar la estabilización macroeconómica e incrementar el sueldo mínimo, entre otros.
Ollanta por su parte propone Implementar defensorías de la salud y contralorías sociales en salud, implementar un proyecto educativo nacional, revisión de los TLC, aumentar el salario mínimo y Llevar al movimiento cocalero a una alianza con el Estado.
De ahí a que los cumplan no se sabe, lo cierto hasta el momento es la imagen que han mostrado los dos candidatos durante su vida laboral y política.
¿Y ahora qué queda, cuál sería la mejor opción para el Perú, o más bien la menos peor?, que entre el diablo y escoja.
¿Y ahora qué queda, cuál sería la mejor opción para el Perú, o más bien la menos peor?, que entre el diablo y escoja.
Columnista
La Tribunacolus
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