Álvaro Gómez fue asesinado el 2 de noviembre de 1995, por “sicarios”, que lo esperaban a la salida de la Universidad Sergio Arboleda (Bogotá – Colombia), donde dictaba una cátedra.
Este hombre fue un hombre de disciplina, de carácter, que le habló claro a Colombia y que supo definir que necesitábamos unos temas fundamentales para el desarrollo y salir de la pobreza.
La última actuación en el proceso por el magnicidio, fue el envío a la Comisión de Acusaciones de la versión que dio en Estados Unidos el narcotraficante Hernando Gómez Bustamante, alias Rasguño. Él dice que fue testigo de una conversación entre Carlos Castaño y otro narco, Orlando Henao, alias el hombre del overol, en la que se dijo que el crimen de Álvaro Gómez lo cometió la mafia como un favor a altos funcionarios de la época.
El pasado martes 2 de noviembre, se conoció que un fiscal de la Unidad Antiterrorismo pidió los testimonios del narcotraficante Diego León Montoya, alias don Diego; así como de sus colegas Fernando Henao, Jhonny Cano y Orlando Sabogal.
Con esta solicitud se busca que cuatro narcotraficantes extraditados desmientan o confirmen las declaraciones rendidas por Gómez Bustamante, quien en enero aseguró que el ex presidente Ernesto Samper y su entonces Ministro del Interior, Horacio Serpa, habrían participado en el plan para matar a Álvaro Gómez, ¿será que esta acusación es cierta?.
Se hace una vergüenza para la justicia en Colombia, que el hecho que no exista hoy claridad sobre quienes lo asesinaron y cuáles fueron las verdaderas razones por las cuales lo hicieron, siga impune.
Con las acusaciones del narcotraficante en contra del ex presidente Ernesto Samper y de su entonces ministro del Interior, Horacio Serpa, es evidente que tienen que responder frente a dichas acusaciones, se verá con qué argumentos saldrán, qué se inventarán con tal de defendersen.
Son 15 años que se cumplen del cobarde asesinato, para muchos en su momento Álvaro Gómez, fue un hombre que pudo o en sus intenciones políticas dar un golpe de estado, ya que su inconformismo era un tema público en aquel momento, ya que él aseveraba que el enemigo de Colombia era el régimen, quizás estas fueron las motivaciones para callarlo.
Álvaro Gómez señalaba que existía una ausencia de liderato político en ese momento en el país, que la gente lo señalaba en las reuniones, en la prensa, en las esquinas de las calles, él decía que el vacío era perceptible, se notaba, que era un vacío que pesaba, que sonaba, que dolía. Este fue un hombre que le dolía su patria, su país.
Cuando Álvaro Gómez aseveraba que la política estaba ensuciada, que estaba bajo el dominio del clientelismo y que se sometió a la preponderancia del dinero, y que desde ese momento se quedó sucia. Él acusaba en ese momento que el régimen imperante utilizaba estas formas de dominio para doblegar a la opinión pública y aprovecharse de las oportunidades de mando. Él fue uno de los actores políticos quien no se resignó y no quiso ser parte de un silencio cómplice, sino que desafío a la opinión pública a decir lo que estaba pasando y de qué manera estaba sucediendo, tal vez esta fue la razón por la cual lo ejecutaron, para callarlo, para que tal vez no diera un golpe de estado al entonces régimen.
“La anarquía imperante en Colombia nos ha hecho pensar en que es indispensable tumbar el Régimen que, también aquí, ha corrompido la política. Y hace mucha falta que alguien convoque a una regeneración. El sistema existente se está cayendo sobre sí mismo, sin alternativas. Nos tocará sobrevivir entre los escombros de la anarquía”. Álvaro Gómez Hurtado.
El enemigo de Colombia es el Régimen, así lo decía Álvaro Gómez, en donde indicaba que la política de Colombia estaba encerrada en dos proposiciones contradictorias e igualmente válidas. La primera, que el presidente Samper no se caía. No había nadie conspirando para derrocarlo: ni los militares, ni los sindicatos, ni la oposición partidista, tampoco la Iglesia o las universidades, que habían perdido su voluntad de presencia en el escenario de la vida pública. La segunda proposición, igualmente cierta, es que el Presidente no se podía quedar, ya que no estaba marchando, no había mando, quizás ante dichas acusaciones anularon su voz definitivamente.
Nos seguimos preguntando, 15 años de impunidad, la situación no cambia hoy por hoy, la libertad de expresión sigue coartada, siguen callando infinitamente las voces de lucha de muchos actores que quieren aportar al desarrollo del país, tristemente, cobardemente la justicia sigue sin mostrar resultados.
Julian Vasquez
Columnista
La Tribunacolus
Si, era un lider con gran trayectoria, y que por el hecho de denunciar el mal accionar del gobierno de aquel entonces fue asesinado así como otros lìderes políticos de la época, desafortunadamente esa es nuestra historia, llena de sangre y narcotráfico, como nos duele hoy en día estos hechos. Y con esta justicia q en vez de esclarecer las cosas las acaba de complicar seguramente los responsables quedarán libres de investigaciones y sentencias, y otra vez el señor Samper envuelto en líos, pero igual q la vez pasada: "todo sucedió a mis espaldas"
ResponderBorrarpero lo peor no es eso, lo aberrante es que samper, gaviria, belisario pastrana y otros siguen manipulando el país sin que nadie los detenga. Que pasen ya a uso de buen retiro y dejen al país en paz. Gaviria sino fue quien mato a Galan fue una de las mentes siniestras que ordeno su muerte y todo en la mayor impunidad así como el crimen de alvaro gomez hurtado.
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