Según un estudio revela que noventa y cuatro mil (94.000) mujeres han sido violadas, acosadas, han tenido que padecer imposiciones sociales y prostitución forzada en zonas de conflicto. Las cifras nos indican que 50 mil han tenido un embarazo o un aborto forzado, 175 mil han sido víctimas de acoso sexual, 48.000 obligadas a hacer trabajos domésticos.
Las cifras de violencia sexual en Colombia publicadas en la encuesta de las ONG Oxfam, Casa de la Mujeres, Sisma Mujer, entre otras, son ciertas, el país enfrenta uno de los peores dramas de la historia del conflicto, pero que no es dado a la luz pública.
Según el documento, el 17.58 por ciento de las mujeres en Colombia fueron víctimas de violencia sexual entre 2001 y 2009, es decir en total, según las proyecciones de la encuesta, 489.687 MUJERES. Según el informe: “la violencia sexual constituye una práctica habitual y frecuente en el marco del conflicto armado”.
El lenguaje como herramienta de comunicación, expresa un sinfín de teorías que en nuestro mundo no toman la importancia que se debe tener, pero esto sucede por la teoría de la agenda setting donde postula que los medios de comunicación de masas tienen una gran influencia sobre el público, al determinar que hechos, noticias, poseen interés informativo y cuanto espacio e importancia se les da, como estamos inmersos en un sistema de consumo, ahora nos dicen por todos lados en qué temas pensar, qué deberíamos pensar y cómo pensar, dejando a un lado el criterio personal y su propia interpretación.
Evidenciamos de esta forma, como el tema de violencias de género es un tema de suprema importancia e impacto social y cultural, que se ha relegado a grupos feministas en pro de la defensa de la mal estigmatizada víctima, inocente y vulnerada mujer, dejando el tema fuera de la agenda setting de los medios y la nación.
Noam Chomsky asegura que los temas que no les interesan a las naciones es un acto en donde tratan de ocultar al máximo lo que puede resultar peligroso o perjudicial para la estabilidad que ellos creen la correcta para su país, ¿será que a nuestro país le sale bastante costoso incluir dentro de su agenda la socialización de políticas en defensa de la mujer? O ¿es un tema tan poco importante para incluirlo en la misma?
Me pregunto entonces ¿si hemos pecado por acción u omisión? Pregunta bastante reflexiva y compleja en su respuesta, ya que mi posición como mujer es muchas veces de indiferencia y ha sido conservada en un imaginario visible en mi realidad, pero legada a través de una sociedad mediática, tal como lo asevera Florence Thomas.
En un discurso mediático el valor de las violencias de género no existe, las cifras no son visibles en un país de egoísmo y competitividad. El mundo no puede hacer borrón y cuenta nueva en cuanto a la violencia, es un tema que nos toca, nos afecta, tiene impacto en nuestras vidas.
Vivimos en un mundo conformista, en donde todo suele ser normal, o en donde tendemos a naturalizar cualquier fenómeno cultural, en donde el pensamiento ha sido cada día más autista en cuanto a lo que pensamos, nos hemos dejado llevar por las corrientes, pero hay que entender que uno tiene límites mentales, en donde es cada individuo reconociendo su posición en el mundo, es allí en donde tomamos iniciativas, reconocemos las cosas como son, sin eufemismos.
A través de muchas cosas hemos justificado la violencia, como las expresiones culturales, un ejemplo claro la música en donde se ha degradado el concepto y el mismo valor de la mujer en este escenario, a través de los comerciales, que vivimos bombardeados de basura y estamos consintiendo estos conceptos.
El tema de violencias de género es un tema realmente colectivo, no puede convertirse en algo privado, algo individual ya que es algo que afecta a una sociedad como tal. En nuestras mentes hemos creado imaginarios (violencias) que vemos, vivimos, experimentamos y aun así no los interiorizamos, no los socializamos, no lo visibilizamos, es hora de empezar a mostrar ese imaginario cultural aprehendido, que tenemos como paradigma.
Es la hora de romper con barreras, visibilizar la realidad que tenemos en el tema de violencias de género, es hora de exigir esos derechos vulnerados, pero no con ataques fanáticos, sino con fundamentos reales, con conocimiento, con cifras visibles, esto realmente nos llevará a una transformación radical de la cultura.
Aún hay muchos imaginarios en nuestra realidad, imaginarios que son tan visibles de lo que creemos, agrego diciendo lo que identifica Florence Thomas “Todo acto del ser humano también político”.
Vivian Ladino
Columnista
La Tribunacolus
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